Aquel partido significó la última aparición en un campo de juego del gran Marco van Basten. En el inicio de la temporada, el Milan se adjudicó un nuevo trofeo al revalidar la Supercopa de Italia, después de vencer (en una final jugada en Washington, Estados Unidos) al Torino, con un único gol de Marco Simone a los cuatro minutos del primer tiempo. Italia consiguió clasificarse tras derrotar a la selección egipcia por un global de 7-2, y quedó encuadrada en el Grupo D junto a la selección suiza, organizadora del evento, la selección inglesa, y la selección belga.