Ante casi 70 000 espectadores se celebró en Buenos Aires la disputa por el tercer puesto del Mundial de Argentina. Una Italia, en la que aparecía un joven Paolo Rossi, ganó todos sus partidos con gran solvencia, y accedió como primera de grupo a la siguiente fase del torneo. Dinamarca y Suecia finalmente empataron 2-2, resultado que fue previsto por las casas de apuesta, otorgándole una alta probabilidad de que el resultado ocurriese.