El combinado surge a mediados de los años 80, cuando juega su primer partido contra la selección neerlandesa a la que vence por 4-0. Pese al prometedor comienzo, no consigue estar a la altura de las grandes selecciones por lo que con la entrada del nuevo milenio nacionaliza a numerosos jugadores brasileños, que debido al extenso número de ellos que pueblan el país carioca, deciden defender la camiseta italiana.